la cafetería de la fábrica de Royne, el olor a perfume barato de todas las secretarias, el tabaco negro.
Raisa, sindicato provincial de chamanes, despliegan con astucia, drama y belleza infinita, la banda sonora para la telenovela perfecta entre Jose María Ruiz Mateos y su amante sufrida y secreta Marta.
La colmena tiene alma.
Óscar Barras es un músico con amplia experiencia dentro de la escena ruidista y experimental de Madrid. Entre sus múltiples proyectos ha formado parte de Au, grupo de improvisación y formación aleatoria que ha llegado a compartir escenario con grupos como Pan Sonic, Cluster, Sonic Youth, Lightning Bolt, Lydia Lunch o TLASILA de Tom Smith entre otros.
Empezó en los años 90 tocando la guitarra en grupos de noise y colaborando con generadores de ruido de fabricación casera en formaciones de free jazz y electroacústica. En estos últimos 20 años ha formado parte de multitud de proyectos entre los que figuran Paseos Nocturnos, dúo de improvisación libre a dos guitarras junto a Fernando Junquera AKA Negro. (Miembro también de Estrategia Lo capto y Orquesta del Caballo Ganador, grupo de improvisación conducida). Con la trompeta hemos podido escucharle en Ahno Drei, trío de vientos de ruido extremo que bebe tanto de Borbetomagus como de Hanatarash o Hijokaidan. Tocando la guitarra en Plonk·Moist o la batería y
trompeta en Ülpeskriva, ambos dúos de improvisación y ruido ensordecedor junto a RN Juristo, alma y corazón de For Noise´s Sake, (compulsivo sello madrileño con más de 100 referencias de noise y música experimental en general) o dando forma hace unos años al ruido deforme de Indhecenter junto a David Gómez (Krapoola). Más recientemente hemos podido verle detrás de la batería de Sagrados Corazones, grupo madrileño de no-wave o en sus proyectos en solitario de pop o techno desquiciado en el que utiliza un sintetizador fabricado por él mismo.
http://oscarbarras.wordpress.com/
Cada disco de Raisa es un viaje muy lejos y muy dentro que puede transformarte en lo que verdaderamente eres. Han dotado a sus entrañas de bellos ritmos y colores, convirtiendo lo minúsculo en titánico y comprimiendo vidas en acordes.
Tienen el baile sincopado de su mano, el grito más abierto, la mano más firme, la libertad más eterna. Juntos trazan el laberinto en el que por fin te encuentras contigo.
“Negra” es el trabajo más profundo y abisal, el más árido y oscuro, pero de él emerge calor y flores. Como el brujo que muerde la cabeza de la serpiente para oír la garganta de Dios, Raisa dibuja amor con las manos llenas de sangre.»